The Spoke at McCullough Station

Una comunidad peligrosa y mal mantenida que nunca pierde la oportunidad de abusar de los precios. Es un motel de mala muerte reformado y el alquiler es comparable al de una casa de tres habitaciones en una bonita zona residencial. Las empleadas de la oficina son amables... no serviciales ni competentes, pero al menos fingen cortesía.

El personal es muy profesional, el gerente es increíble, me encanta el lugar, está muy limpio.

La administración cambia como las estaciones, los problemas de raíz nunca se solucionan y cuando llamas a la oficina casi nunca contestan.

El personal administrativo hace un trabajo excelente manteniéndose al tanto de cualquier problema y haciendo todo lo posible para que los futuros inquilinos encuentren un apartamento. Son muy profesionales y atentos.

Este lugar es pésimo. Para empezar, quien hizo la plomería y el sellado no tenía ni idea y el trabajo fue un desastre. Muchas tuberías sobresalen de la pared. Cuando llegamos, había bichos por todas partes y el exterior de los edificios estaba asqueroso. Nadie contesta el teléfono en la oficina de arrendamiento, así que es difícil contactarlos para hablar de los problemas del apartamento. Vivimos justo al lado del contenedor de basura y tenemos que pagar $20 al mes por el servicio de recolección, aunque no lo usamos. Hace poco desactivaron la opción de pago electrónico en el portal de residentes, así que tenemos que pagar casi $40 de comisión por el uso de la tarjeta solo para pagar el alquiler. Si lavas ropa, tienes que pagar $2 por lavar y $2 por secar, y algunas lavadoras están averiadas. En resumen, estamos pagando más de lo que vale este basurero. ¡NO SE QUEDEN AQUÍ!

Llamé para alquilar un apartamento de una habitación. Me informaron que la tarifa de solicitud y procesamiento sería de $50. Sin embargo, me cobraron $250 por concepto de solicitud y trámites administrativos. Nunca me devolvieron los $200 que había reservado. Que me cobraran $50 por la solicitud y el procesamiento no me importó, pero no esperaba perder $200. Sobre todo, cuando ni siquiera llegué a firmar el contrato de arrendamiento. Me hubiera encantado formar parte de esta comunidad, pero lamentablemente nadie se comunicó conmigo, ni por teléfono ni por correo electrónico, y se me acababa el tiempo. Así que terminé alquilando con otra persona. Debo admitir que hubo una total falta de comunicación clara. Lo que me dijeron por teléfono no coincidió con lo que finalmente sucedió. La lección aprendida es: no se dejen engañar por sus falsas promesas telefónicas. Son puras mentiras piadosas. Perdí dinero una sola vez, pero sin duda la confianza se pierde para siempre.