The Matadora

Además de la excelente ubicación, la elegante decoración y los cómodos apartamentos, el equipo de administración es el más proactivo y atento que he visto. Los residentes que respetan a sus vecinos y las normas de su contrato de arrendamiento reciben un trato excelente, pero no se tolera a quienes no lo hacen, como debe ser.

Llevo dos meses viviendo aquí. Tiempo suficiente para superar la fase inicial de mudanza y conocer mejor el lugar. Para empezar, tengan en cuenta la SEGURIDAD, o más bien la falta de ella. No hay nadie las 24 horas en recepción, vigilando la propiedad o cuidando los paquetes. La mayoría se dejan en una zona común sin vigilancia. Un ladrón solo tiene que entrar cuando la puerta está entreabierta o cuando alguien sale y llevarse lo que quiera. Esto mismo me ocurrió una semana después de llegar y quedó grabado por las cámaras de seguridad. Además, es frecuente ver personas sin hogar durmiendo en bancos frente a la entrada, una o dos veces por semana, según mi experiencia. Una noche en particular, fui acosado agresivamente y casi agredido dentro de la propiedad. En segundo lugar, como en la mayoría de los lugares “de lujo“, hay muchas normas, como la prohibición de ciertos muebles en los porches, etc. En particular, hay un recargo del 10% por retraso en el pago del alquiler, sin ningún aviso previo. Las comodidades son agradables, pero nada del otro mundo, y los acabados de los apartamentos son similares. Los electrodomésticos se oyen fácilmente desde los apartamentos vecinos. Aunque el aislamiento acústico de las paredes es decente, el del techo es excepcionalmente deficiente (se oye cada paso, entre otras cosas). El precio de este apartamento se justifica por la ubicación, que es lo único excelente. Todos los demás aspectos son regulares o inferiores a la media (especialmente la seguridad). Además, si pagas por el aparcamiento, probablemente no te den acceso a la zona vigilada (esto no me lo comunicaron con antelación), sino que aparcarás en la iglesia de enfrente, donde te multarán los domingos. Y cada lado de la calle tiene un horario de limpieza nocturno diferente, así que tendrás que estar cambiando de sitio constantemente a menos que seas uno de los pocos afortunados. Si pudiera volver atrás, elegiría otro lugar, y probablemente lo haré cuando termine mi contrato. Para que te hagas una idea, soy un hombre de 31 años, médico militar. Por lo general, me tomo las cosas con calma y soy una persona razonable. Esta es mi opinión sincera y espero que te sea útil.