St. James Apartments

Gran parte del edificio está muy anticuado. No hay opción para que los invitados accedan al edificio mediante el timbre. Al principio nos dijeron que era por nuestra seguridad, pero luego otros empleados nos comentaron que era porque el mantenimiento y la actualización del sistema resultaban demasiado caros, así que simplemente lo eliminaron. Además, entran en los apartamentos sin previo aviso de 24 horas. Publican en papel impreso los horarios generales en los que planean estar en los apartamentos, generalmente durante un período de dos semanas (de 9:00 a 17:00), por lo que no hay ningún aviso ni privacidad. Entran cuando les da la gana. También publican boletines informativos que introducen por debajo de la puerta cada mes (o cuando les da la gana). Estos suelen incluir amenazas sobre cómo no se hacen responsables de los objetos que rompan al entrar en los apartamentos sin previo aviso (cosa que sí hacen), y amenazan con llevarse cosas de los estudiantes que técnicamente no tienen permitido tener. Por ejemplo, si tienes una mascota en tu apartamento, no te amenazarán con desalojarte (según un contrato de arrendamiento que nunca verás, supuestamente no pueden hacerlo; solo te harán firmar un documento genérico), sino que te amenazarán con llevarse a tu animal (tu propiedad). Puede que no lo sepan, pero eso es robo, y cualquier estudiante al que le ocurra esto debe denunciarlo inmediatamente a la policía, porque incluso con la intención de devolverlo, llevárselo es ilegal. No respetan a los estudiantes; te tratan como a un niño, pero luego te dicen todas las responsabilidades que tienes por ser adulto. Controlan lo que les conviene, no es de extrañar que ya no se llenen como antes. La calidad de los apartamentos y del personal bajó muchísimo cuando la Universidad de Bradley se hizo cargo. Tienes mejores opciones; te sugiero que las explores.

Después de dos años en la residencia universitaria, ¡me encanta vivir en un apartamento de verdad! Vivo con dos de mis mejores amigas y estamos muy bien ubicadas en el centro del complejo de apartamentos St. James de nuestra universidad, ¡así que estamos a solo dos edificios de nuestros otros amigos! La zona está bien iluminada por la noche y a solo cuatro minutos andando del campus. Los apartamentos están amueblados, bien distribuidos y tienen mucha luz natural. Lo único que le falta es un triturador de basura en el fregadero. Cuando la vida universitaria se vuelve agobiante, es un alivio saber que puedo volver a casa a mi propia sala de estar, cocina y, lo más importante, a mi cama grande y cómoda.