Soda Creek Estates

Pésimo seguimiento. Solicité un apartamento en diciembre de 2018. Como no recibí respuesta sobre mi solicitud, llamé yo. Me dijeron que mi solicitud había sido rechazada, pero aún no me han explicado el motivo. Con un puntaje crediticio superior a 720, ingresos que cumplen con los requisitos, una profesión y sin antecedentes penales, me sorprendió mucho la denegación. Soy una mujer soltera y habría sido la única persona en el apartamento. Le pedí al administrador del edificio que el supervisor, Spencer, me llamara para explicarme el motivo del rechazo y asegurarme de que no hubiera nada fraudulento en mi solicitud. Todavía no he recibido ninguna llamada y ya es 16 de enero, más de un mes después de haberla solicitado. Supongo que deben tener muchísima gente interesada en mudarse, porque no puedo creer que mi solicitud haya sido rechazada.

La señora de la oficina no sabe administrar un edificio de apartamentos y, sobre todo, no sabe cómo tratar a los residentes. Nos ha llamado, nos ha dejado mensajes desagradables y nos ha amenazado por cosas que ni siquiera están en el contrato de arrendamiento, como el hecho de tener invitados. Es ridículo. Alquilamos este espacio como nuestro hogar y tenemos derecho a recibir a quien queramos. Pagamos todas nuestras facturas a tiempo y somos inquilinos ejemplares. No hay ninguna razón para que nos traten así. Además del maltrato, los vecinos son insoportables. Hacen ruido todo el día y toda la noche, pero su hora favorita para armar escándalo es a las 4 de la mañana, por alguna razón. Su perro corretea constantemente por el piso de arriba y ni siquiera lo sacan a pasear; lo dejan orinar en la acera, así que el césped frente a nuestro edificio está muerto. Ni siquiera puedo sentarme afuera, y me encanta estar en el césped y disfrutar del clima. Por último, todos los electrodomésticos son de mala calidad. La lavadora es de pésima calidad y a veces no desagua. Nuestro triturador de basura lleva roto ni sé cuánto tiempo y no quieren mandar a nadie a arreglarlo. Se obstruye constantemente, se llena de agua y ahora huele fatal. No se puede bajar la temperatura del congelador, así que toda nuestra comida, aunque sea nueva, se quema por el frío en un día. El lavavajillas no lava bien los platos, así que ahora los lavo a mano, lo cual es muy frustrante, y encima no hay presión de agua. Este no es un edificio de apartamentos de lujo, se construyó en 2016, pero dentro de dos años seguro que será un tugurio porque todo es de mala calidad y está descuidado.

Es muy difícil encontrar un lugar tranquilo para vivir en Oshkosh, pero encontramos este y es fantástico. No hay niños corriendo y gritando, y la entrada privada y el aislamiento acústico valen la pena. Además, la lavadora y secadora en el apartamento son geniales, algo prácticamente imposible de encontrar. Recomiendo muchísimo este lugar si valoras tu privacidad y tu tranquilidad.

Llevamos aquí un año. Hay muchísimas normas que casi nunca se cumplen. Por ejemplo, una mascota de menos de 18 kilos o dos gatos. ¡Y hay gente con varios perros, incluso goldendoodles! Ni un solo perro de menos de 18 kilos. ¡Hasta tienen pájaros! Además, no se puede aparcar delante del garaje. Parece justo para los que tienen el apartamento frente al aparcamiento, a pocos metros de la puerta. Pero para los que tienen el apartamento de atrás, es un buen trecho y en invierno no será nada agradable. Los administradores son unos maleducados y no les importan los inquilinos. No os mudéis aquí. Así de simple. Demasiado caro para nada.

La verdad es que nuestra estancia aquí ha sido bastante decepcionante hasta ahora. Por el precio que pagamos, solo está incluida la calefacción, y les aseguro que nunca la necesitarán, ¡aquí siempre hace un calor infernal! Oigo a los vecinos golpeando las paredes, y la lista de normas es larguísima. El personal no es nada amable. No pudimos aparcar cerca de nuestros apartamentos durante días porque nunca terminaron los aparcamientos (¡y eso que me encantaba que me despertaran a las 7 de la mañana en mis días libres con las máquinas pitando sin parar!). Además, pusieron el adorno de mi puerta en el suelo para colgar carteles con más normas y tonterías. La verdad es que no estoy nada contenta. ¡Ojalá la situación mejore!