Playa-Jefferson

Olvidarás cómo dormir. Paredes, techos y suelos de papel te garantizan pesadillas. La calle es muy transitada y tu balcón estará cubierto de polvo. Robos en el garaje, moho en el baño, gérmenes en el aire acondicionado viejo y la lavadora/secadora común. Solo hay un encargado, y actúa como un fantasma: su oficina está siempre cerrada y su teléfono te desvía a la contestadora automática. Puede que te encuentres con personas sin hogar en la calle. La peor experiencia de mi vida.

Hazte un favor y busca en otro sitio. ¿Por dónde empiezo? Para empezar, la propiedad está sucia, destartalada y, sencillamente, asquerosa. El ascensor se estropea más de lo que funciona. ¡Una vez estuvo fuera de servicio durante 3 meses! Todo está viejo y sucio. Nada que ver con las fotos. No se ha renovado nada en décadas, excepto las lavadoras y secadoras, que apenas lavan bien la ropa, incluso con agua hirviendo. El aparcamiento es un trastero donde acumulan trastos unos desconocidos, y la administración no ha hecho más que colgar carteles pidiendo que los retiren. Los trastos llevan ahí dos años, lo que supone un riesgo de incendio y atrae a roedores que se reproducen sin control. Los paquetes se roban con frecuencia porque el lugar carece de seguridad. Lo peor de todo es la administración. Es un constante ir y venir de gente; a ninguno le importa la propiedad, los inquilinos solo se preocupan por cobrar y subir el alquiler.

El ruido es insoportable. Oigo cada paso y cada palabra de mis vecinos de arriba. Oigo cuando suben las escaleras y me tiembla la cama. A menudo tengo que intentar dormir en el sofá porque mis vecinos se quedan despiertos hasta las 4 de la mañana, caminando de un lado a otro o tocando la guitarra, y no me dejan dormir. Un vecino es acumulador compulsivo y ha ocupado seis plazas de aparcamiento en el garaje, lo que supone un gran riesgo de incendio y un blanco fácil para los ladrones. Los apartamentos no se parecen en nada al de la foto. No los han reformado desde que los construyeron en los 80. Por supuesto, siguen subiendo el alquiler y te cobran una barbaridad. Solo me quedo porque me encanta poder ir andando al supermercado y a los restaurantes al otro lado de Jefferson.

Llevo viviendo aquí poco más de un año. Durante este tiempo, la administración del edificio ha cambiado tres veces. De hecho, ni siquiera sé si tenemos una actualmente, porque llevo varios días intentando contactarla por correo electrónico y teléfono, y no he obtenido respuesta. Además, aquí roban paquetes constantemente. La administración no hace nada para protegerlos. Y, personalmente, una de las peores cosas es que mi apartamento sufre plagas repetidamente y la administración no hace nada. Evítate todo esto y busca otro lugar. ¡No vale la pena!

Las paredes son finísimas; hasta oigo estornudar a mis vecinos. Si no vives en el último piso, ¡suerte!, porque oirás cada paso que dé tu vecino de arriba. Se oye el tráfico de West Jefferson Blvd a todas horas, incluso si tu casa da a la calle lateral. El ascensor estuvo averiado 48 días una vez, y la administración no nos informó de nada. La administración cambia cada mes. Ha habido cuatro administradores desde que me mudé aquí en agosto. Lo único bueno de vivir aquí es el aparcamiento y la ubicación/cercanía a las autopistas. Te recomiendo encarecidamente que busques otro sitio por tu propio bien.

Excelente ubicación, cerca de tiendas y la playa. El edificio cuenta con fabulosas comodidades, incluyendo estacionamiento subterráneo asignado, gimnasio y lavandería en cada piso. Las instalaciones están bien mantenidas y limpias, y es un edificio tranquilo con vecinos amables. La administradora del edificio es fantástica; es amable y siempre está disponible si tengo preguntas o necesito algo.

Como residente que se mudó al edificio dos semanas antes de que comenzara la cuarentena y que desde entonces ha vivido aquí todo el tiempo, estoy muy contenta con mi decisión. El edificio es tranquilo, está muy bien cuidado y se limpia con regularidad. Esto refleja el cuidado que la administradora del edificio demuestra hacia la comunidad. Ella vive en el mismo edificio y siempre es muy amable y accesible, y atiende rápidamente cualquier necesidad. Hay muchas comodidades excelentes, como estacionamiento techado, pisos de madera y electrodomésticos de acero inoxidable, un balcón espacioso, armarios enormes, gimnasio y, lo mejor de todo: lavadoras y secadoras con Bluetooth en cada piso, ¡así que ya no hay que usar monedas! La ubicación es inmejorable y he estado muy feliz de llamar a Playa-Jefferson mi hogar durante los últimos 6 meses.

El ruido de la calle, tanto por delante como por detrás del edificio, es considerable. El ascensor, en muy mal estado, se avería con frecuencia y durante días. Las cortinas no bloquean las luces de seguridad del complejo de apartamentos de atrás; es como vivir en una terminal de aeropuerto. Las escaleras interiores de los apartamentos son una trampa mortal: sin barandillas, demasiado empinadas y con peldaños estrechos, lo que provoca resbalones y caídas constantes. Los alquileres están inflados para igualar los de los apartamentos más nuevos de la zona; un edificio ruinoso y carísimo, regentado por una casera malhumorada y mezquina. La calidad del aire es pésima; el hollín negro del tráfico de Jefferson Blvd lo cubre todo, incluso los pasillos. En mi opinión, este edificio es una demanda anunciada. Un apartamento, el de las fotos, ha sido reformado. El resto se ve como es: ruinoso, mal mantenido, carísimo y gobernado por una casera totalmente incompetente para gestionar una propiedad residencial. Eviten este antro. Me lo agradecerán.