Park Place Baton Rouge Apartments

Como residente ejemplar de Park Place, me siento profundamente decepcionado por las tácticas de comunicación engañosas empleadas por la administración durante mi proceso de mudanza. Durante mi estancia, cuidé la residencia con esmero y, como mencionaron en su propio correo electrónico, no hubo ningún daño al marcharme, salvo una pegatina de aparcamiento desechable que no devolví. Sin embargo, tras mudarme, me sorprendió descubrir que Park Place había ocultado varios formularios específicos para la mudanza, lo que finalmente me llevó a cobrarme unas tarifas de mudanza desorbitadas. Estos formularios NO estaban incluidos en: 1. su canal habitual de correo electrónico; 2. la pestaña de Mensajes y Alertas del Portal de la Residencia (donde se encontraba información similar); ni 3. la Guía de la Lista de Comprobación para la Mudanza compartida con los residentes, sino que estaban ocultos como un “Anexo“ sin previo aviso. La falta de transparencia y honestidad en su comunicación es preocupante, ya que parece que ocultaron intencionadamente estos formularios para cobrar cargos adicionales a estudiantes desprevenidos y así obtener ingresos extra. Como residente responsable, creo en el cumplimiento de las normas y reglamentos, pero es desalentador experimentar prácticas tan engañosas por parte de un establecimiento de renombre como Park Place. La experiencia ha dejado un sabor amargo, empañando una estancia que, de otro modo, habría sido agradable.

Llevo viviendo aquí solo 9 meses y tengo un agujero en la pared del baño desde hace 5. He solicitado repetidamente que reparen el agujero que hizo mantenimiento. Hay una gotera en el techo de otra zona que apareció la segunda semana y sigue saliendo moho porque nadie la arregla. Cuando viene el personal de mantenimiento, usan el inodoro, dejan huellas de botas embarradas, materiales de construcción y basura. Además, dejan todas las luces encendidas y la puerta sin llave. Es inútil hablar con el gerente porque tienen que contratar a uno nuevo cada mes. Si le pides a algún empleado que te llame para informarte sobre el estado del mantenimiento, “se les olvida“. La luz del patio es tan brillante y está encendida las 24 horas que tuve que poner cartón en la ventana y usar dos capas de cortinas para tener algo de oscuridad por la noche. Las paredes son tan delgadas que puedo oír a mi compañero de piso estornudar. Al menos una de las puertas con lector de huellas dactilares está rota y siempre sin llave. Durante dos meses, las tres salidas estuvieron sin llave. La puerta del garaje es tan caprichosa que, incluso cuando no está rota, probablemente no lea tu tarjeta. El equipo de seguridad que viene solo molesta a los residentes jugando en el pasillo o poniendo el televisor del estudio a todo volumen. Para colmo, todas las instalaciones (sala de golf, cine, piscina, gimnasio) están rotas, desordenadas o no se pueden usar. El 90% de las personas que usan estas instalaciones ni siquiera viven en el edificio, pero entran porque las puertas están sin llave. He pagado una barbaridad por un auténtico infierno.