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Las unidades son bastante pequeñas, pero son muy asequibles considerando la ubicación. Muy cerca del tren ligero, Broadway y los parques, sin mucho ruido. La administración es excelente, muy amable, flexible y accesible. Es muy raro encontrar un lugar que no sea propiedad de una megacorporación con una administración con la que se pueda realmente razonar en lugar de lidiar con la burocracia.

Vivimos aquí cinco años. La típica vida en un apartamento. Los problemas que surgieron se solucionaron con rapidez. Aunque a veces era difícil contactar con la propietaria, tuvimos una excelente relación con la administradora del edificio y aprendimos a comunicarnos a través de ella. Si bien las unidades son pequeñas para el precio, se paga por la ubicación, céntrica con todo lo que ofrece Capitol Hill. Los aumentos de alquiler fueron muy razonables e incluso se suspendieron durante la COVID.

La única razón para darle dos estrellas es la ubicación; absolutamente perfecta. A un paso de supermercados, la biblioteca, el tren ligero e incluso bares y discotecas populares. Sin embargo, se paga solo por la ubicación. Parecía una caja de zapatos. Te cobran $50 adicionales al mes en el contrato de alquiler, algo que no te dicen a menos que leas la letra pequeña. Además, ese cargo se retrasa varios meses. Nos descontaron dos meses de depósito cuando lo devolvimos un mes después de mudarnos. Me robaron paquetes no una, sino dos veces, y la administración dijo que, convenientemente, el sistema de vigilancia estaba fuera de servicio justo en las horas en que debían haber llegado. Las paredes son finísimas, así que puedes oír a los vecinos maullar a sus gatos a las 11 de la noche y a los inquilinos del piso de arriba tirar de la cadena a las 5 de la mañana. Se tardan días, incluso semanas, en obtener respuesta del casero entre llamadas, mensajes y correos electrónicos.